jueves, 16 de febrero de 2017

El demonio de Galloway - Artículos y Leyendas



La historia de Sawney Beane, el diablo escocés jefe de un clan caníbal, hace siglos que se escucha en Escocia. ¿Existió realmente o fue una invención de los propios escoceses para crear una leyenda terrorífica que asustara a los ingleses? Los historiadores no lo saben a ciencia cierta, pero lo ocurrido quedó reflejado en muchas crónicas de diferentes épocas.



Sawney Beane, el diablo escocés

La historia de Sawney Beane apareció por primera vez en el Newgate Calendar, una recopilación de sucesos basados en casos de la Prisión de Newgate y otros lugares de Gran Bretaña. Según la publicación, Sawney habría nacido en East Lothian en torno al 1500. Sus padres, honrados labradores, no sabían que hacer con su hijo, ya que éste se negaba a trabajar y no hacía otra cosa más que fastidiar a sus vecinos. A los 20 años se fue de su casa con una mujer de dudosa reputación. Encontraron una cueva en la costa, amplia y seca, en una zona aislada y se establecieron en ella.

Durante la marea alta y en algunas épocas del año era imposible acceder en aquel sitio, cosa que ayudó a ocultar su presencia. El único problema era que no había manera de conseguir alimentos en los alrededores. No había ninguna granja o pueblo y ni siquiera caza suficiente para subsistir. El lugar más cercano habitado era un embarcadero al que muchos escoceses se dirigían para viajar a Irlanda.

Sawney y su compañera, hambrientos, atacaron a uno de esos viajeros, pero al no encontrar víveres suficientes en su poder, decidieron matarlo y comérselo. A partir de ese momento, el canibalismo fue su medio de subsistencia, mataban viajeros y los llevaban a su guarida para devorarlos. Durante 28 años, el clan que iba aumentando en número (llegando a las 48 personas debido a las relaciones incestuosas), vivió y se alimentó gracias a los desafortunados que se acercaban al embarcadero. A pesar de que durante años las desapariciones alertaron a las autoridades, nadie sabía de la existencia del clan, pues durante el día se escondían en su cueva y aprovechaban la noche para atrapar a sus víctimas. Los lugareños atribuían aquellos incidentes al “demonio de Galloway”.

En una de sus “salidas de caza” capturaron a una pareja. La mujer murió de un golpe al caer del caballo en el que viajaban, pero el hombre consiguió escapar y llegar a Glasgow. Luego de explicar lo sucedido se organizaron varios grupos que batieron la zona acompañados de perros rastreadores hasta que afortunadamente dieron con la cueva y con todo el clan en su interior en plena bacanal caníbal. También se halló multitud de restos humanos, calculándose que habían acabado con cerca de 1.000 personas durante esos 28 años.

Fueron apresados y llevados a Edimburgo donde se les juzgó y ejecutó de inmediato. Los hombres fueron desmembrados hasta morir y las mujeres quemadas en una hoguera. Este fue el final de Sawney Beane, el diablo escocés y de todo su clan caníbal.


FUENTE: supercurioso.com (por Carmen A. Barenys)

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