jueves, 26 de marzo de 2015

Hablemos de Demonología: Belcebú, el señor de las moscas - Artículos


Innumerables grimorios y libros prohibidos de la Edad Media han elaborado teorías sobre los orígenes de Belcebú.

Al márgen de sus divergencias, podemos afirmar que Belcebú es uno de los demonios más antiguos de los que se tenga registro. Algunos lo sitúan alternativamente como divinidad de los semitas anteriores a la epopeya de Josué; quienes habrían inaugurado para él los cultos a cielo abierto 3000 años antes de los rituales silvícolas de los cátaros, y, desde luego de los aquelarres medievales.

Otros sostienen que Belcebú fue el dios de los acaronitas; filisteos del valle de Sorek, nada menos que los custodios del Arca de la Alianza.

Las relaciones políticas de Belcebú son tan amplias que sería absurdo intentar enumerarlas. Por ejemplo, patrocinó a los invasores dorios en aquellas tierras que luego se convertirían en Macedonia, en cuyo apogeo, aún durante la época de Alejandro Magno, habría sido venerado como protector.

Los asirios heredarían a Belcebú de los dorios, ya en posesión de todos sus atributos infernales.

Investigadores audaces incluso vinculan a Belcebú con distintos eslavos, balcánicos y hasta nórdicos.

Todas estas conjeturas coinciden en algo: Belcebú es uno de los demonios más antiguos de la historia sagrada, y, casi con seguridad, el más cosmopolita de sus camaradas.

Tal vez a causa de esa vasta cronología, los demonólogos medievales (Colin de Plancy, Weyer, entre otros) no vacilaron en otorgarle a Belcebú el número dos en la jerarquía del infierno, inmediatamente por debajo de Satán.

Algunos tratados demonológicos, por ejemplo, el Directorium Inquisitorum, De Daemonialitate et Incubis et Succubis y el Dictionnaire Infernal, especulan que Belcebú incluso reemplazó al propio Satán en el gobierno de los infiernos después de las Guerras Celestiales, sosteniendo de forma velada que, antes del conflicto, estaba en la cima de las jerarquías angélicas.

Pero contrariamente a la agenda de Satán, ocupado en comiciones escandalosas, Belcebú prefería estar lejos de su corte y ocuparse personalmente del devenir de sus acólitos, mucho más apasionante e imprevisible que la reiteración de estratagemas y proyectos de contraofensivas.

Le debemos al ocultista Palíngenes la primera descripción física de Belcebú, que influiría poderosamente en el arquetipo diabólico que ha llegado hasta nuestros días.

Palígenes describe a Belcebú como un ser de talla prodigiosa, rostro imperturbable pero iluminado por el brillo alucinante de sus ojos, abiertos sin descanso ni parpadeo alguno, cuernos amenazantes y afilados. Un verdadero paradigma de lo diabólico.

Para añadir un detalle circunstancial, el esoterista afirma que Belcebú permanece sentado en un trono de brasas al rojo vivo, al que devoran y recomponen las llamas de un fuego glacial.

Pero esta majestad contenida y vigilante no debe confundirnos. Belcebú nunca descansa, nunca duerme, pero su ira tampoco es fácil de encender. Lo único que desata invariablemente su cólera, afirman sus exégetas, es pasividad de los hombres a quienes patrocina secretamente.

Dos hombres, ambos geniales y atormentados, John Milton y William Blake añadirían a estas especulaciones el inestimable aporte de la poesía.

De la imagen de Belcebú, inmóvil y alerta, castigando la indolencia de sus seguidores, se desprende la frase:

"Quién desea y no obra engendra pestilencia".

Resulta curioso, que pese a la variedad de pueblos, lenguas y culturas que lo tuvieron como protagonista, la etimología del nombre Belcebú no ofrezca dudas. Significa literalmente: Señor de las moscas (Ba‘al, "señor", y Z'vûv, "moscas").




Balbuceado por (Aelfwine) Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico

viernes, 20 de marzo de 2015

Violeta, la pescadora del mar muerto (Short film) - Cortos y videos de terror



Nuevas propuestas estéticas impregnan el video y técnicas de animación como el stop motion trastocan los lenguajes visuales convirtiendo obras en piezas artísticas.

Este cortometraje narra la historia de una niña, Violeta, que le gusta jugar a pescar, pescar historias, deseándolas tanto que no distingue entre deseos infantiles y la sobriedad de la realidad. Así pues sale de su casa, que flota en medio de un oscuro mar a pescar, al final del día consigue algunos amigos que convierte en sus muñecos para dramatizar fantasías inocentes que gira en la perversidad de una solitaria niña.

♪♪♪Qué tal si te propongo un juego, qué tal si eres mi muñeco, te serviría el té y la comida, te asicararía todos los días y cuidaría de ti♪♪♪

Este juego cándido raya con la cordura cuando un ser que siente se convierte en un muñeco que no puede escapar, al punto que se deja invadir de la nostalgia y la apacibilidad de los días, los personajes se someten tanto que al final se vuelven parte del paisaje, y sin objeción han comprendido su rol dentro de la historia. Violeta siente por ellos un amor posesivo, enfermizo e infantil, como lo haría cualquier infante ante sus juguetes.

Esta historia tiene guiños de la película “Coraline y la puerta secreta”, la diferencia radica en que existe dos mundos paralelos uno para la fantasía y otro para la realidad, sin embargo viven el mismo conflicto donde la ilusión y lo fantástico quieren salir de ese plano y convertirse en lo real. Ambas historias se fundamentan en este punto, pero se aborda desde los imaginarios infantiles. El problema de fondo es que desearíamos que nuestras fantasías salieran del mundo lírico y fueran reales, nos sentimos más seguros en estos escenarios mágicos idóneos, al fin de cuentas somos nosotros los que modulamos cada detalle, pero en ese frenesí olvidamos que nuestros sueños se pueden convertir en pesadillas al escondernos de nuestros verdaderos miedos.

Autor: Suárez Játiva

Algunas imágenes:












Y finalmente les dejo el corto en cuestión:



miércoles, 18 de marzo de 2015

Soñar con un muerto - Artículos



Creado por por (Aelfwine) Sebastián Beringheli para "El Espejo Gotico" 



Todos alguna vez hemos soñado con alguien que está muerto, pero las sensaciones que se desprenden de esos sueños varían de un individuo al otro. 

En los sueños nada es lo que parece ser; o mejor aún, en los sueños las cosas siempre son eso que representan (y que desconocemos) pero también algo más.

La muerte es un ejemplo claro. 

Los sueños relacionados con la muerte rara vez tienen que ver con la muerte física, sino más bien con el término o final de algo. Puede tratarse de una relación afectiva, una amistad o un trabajo, por ejemplo. 

De hecho, los sueños de muerte en los que realmente se logra identificar a la muerte son extremadamente raros. Cuando esto ocurre el despertar trae consigo una tremenda sensación de angustia. 

Soñar con alguien que está muerto, es decir, con alguien que ya ha fallecido, suele expresar sentimientos de insatisfacción con respecto a la vida actual. 

Si, por ejemplo, la persona muerta con la que soñamos se muestra agresiva, incluso acusadora o directamente vengativa, entonces expresa algún grado de culpa que el soñador experimenta en relación con esa persona. 

Antiguamente se creía que soñar con una persona que ha muerto recientemente indicaba algún tipo de comunicación paranormal con el más allá, es decir, un mensaje que la persona muerta enviaba a los vivos. 

Si bien sería ridículo desestimar esta creencia, al menos en todos los casos, por lo general soñar con alguien que ha muerto hace poco puede traducirse como la materialización de la realidad de muerte, es decir: nuestro inconsciente ha aceptado que esa persona está muerta. 

Podemos tomar este tipo de sueños como escenarios de aceptación. 

Así como nuestra mente consciente tarda en habituarse al fallecimiento de alguien, período en el que se percibe una mezcla de ausencias y presencias en torno a los objetos, los lugares, e incluso los hábitos de la persona muerta; el inconsciente también realiza su período de adaptación, que concluye con el primer sueño de esta clase.


Recién con el tiempo se pueden llegar a analizar con mayor profundidad los sueños con personas muertas. 


En este contexto, soñar con abuelos que han muerto casi siempre indican la sospecha de alguna noticia desgraciada. 


Soñar con la muerte de la madre, estando aún viva o no, revela sentimientos de rebeldía, de emancipación, de independencia. 


En cambio, soñar con la muerte del padre siempre se relaciona con sentimientos de culpabilidad y aislamiento. 


Por extraño que parezca, antiguamente se creía que besar a una persona muerta en sueños era un presagio de buena suerte, e incluso significaba el advenimiento de una herencia o una dádiva imprevista. 


Soñar con animales muertos, especialmente mascotas (perros y gatos, en su mayoría), siempre son un indicador de cierta angustia existencial ligada al paso del tiempo. Soñar con peces muertos, ya sea en una pecera como a orillas del mar, representa el fracaso en las esperanzas.

Se dice que soñar con las cenizas de alguien es una especie de contextualización filosófica de alguna catástrofe minúscula. En otras palabras, las cenizas simbolizan la derrota del orgullo, de la vanidad, de la soberbia. 


Soñar con entierros ya es un poco más co
mplejo, debido a que se trata de un sueño con muchas variantes y que a menudo se convierte en un sueño recurrente. 

Todo entierro soñado simboliza la aceptación de que algo ha terminado, incluso la vida de alguien. Los enterradores representan lo material (y a veces los bienes materiales); mientras que el ataúd puede simbolizar una decisión irrevocable, nuestra o de terceros, por ejemplo, alguien que nos ha abandonado. 

Ahora bien, los sueños en los que somos enterrados vivos causan tanto pavor que el soñador rara vez recuerda otra cosa que la sensación claustrofóbica de encontrarse encerrado en el ataúd. 


No obstante, al indagar en el sueño se puede descubrir que, en realidad, este tipo de sueños trata de alertar sobre algo o alguien que nos está perjudicando, a menudo presente durante el entierro, de forma concreta o simbólica. 


Pero la muerte no siempre es evidente dentro de los sueños. 


A veces aparece como un elemento secundario, escénico, que otorga al guión de ese sueño en particular su verdadera naturaleza. 


En este sentido los indicadores de muerte más presentes en los escenarios oníricos son los árboles.  


Soñar con árboles muertos, sin follaje, hojas o ramas, simboliza sentimientos de desamparo y debilidad de carácter. 


Muchos sueños aparentemente felices dejan en el soñador una fuerte sensación de angustia. 


Nada en el sueño parece justificarlo. El soñador está rodeado de personas queridas o en sitios alegres; sin embargo, la angustia sigue allí al despertar. 


Si profundizamos en el análisis de estos sueños casi siempre encontraremos un árbol muerto.


Los sueños en los que matamos a alguien también son muy habituales. Salvo en casos excepcionales, representan el deseo y el acto de "matar" simbólicamente algo de nosotros mismos. 


Este tipo de sueños puede llegar a ser verdaderamente aterrador, ya que parece revelar un perfil oscuro y siniestro que desconocemos.
Sin embargo, se trata de sueños transicionales. De hecho, son perfectamente normales durante los períodos de cambios en la vida.

martes, 17 de marzo de 2015

Payasos malditos - Artículos

Ya en una entrada anterior explicamos el miedo a los payasos. Sabemos que varios de ustedes les tienen terror y por eso quisimos (de buenos que somos) aumentar su fobia, con estas fotografías que en su tiempo, debían de resultar… ¿simpáticas? No sé, pero son totalmente lo contrario. Hay varias imágenes escalofriantes y sólo de verlas, queda más que claro del por qué a tantos les da horror su simple referencia. Seguramente en algunas preferirías que no salieran sonriendo, pues se ven un poco macabros... si solo un poco..

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¿Sobrevivirían en una película de terror?

Estoy seguros que muchos de ustedes morirían en una película de terror. Hagan lo que hagan, la van a cagar, van a terminar sufriendo, desangrándose y al final, serán comida de gusanos. Varios no tendrán una mínima oportunidad, sea lo que sea les aparecerá por detrás y los rebanará sin previo aviso para su sorpresa, mientras que otros harán gala de sus habilidades en el "sprint" para al final toparse con un asesino serial enmascarado o un monstruo horrible sediento de sangre que dictará una gran lección de cocina difícil de olvidar (al menos hasta que estén muertos). 
Si lo sé no sonó muy optimista que digamos, pero debo serles sincero, al fin y al cabo soy un admin muy serio y respetuoso con los visitantes.
Diviértanse con esta infografía para los entendidos (aunque no tanto) con el inglés (media pila señores es básico) ;)

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